La ONU establece que la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son una parte integral de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible y entre sus metas para la Agenda 2030 contempla: “asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles de la adopción de decisiones en la vida política, económica y pública” (“ONU, ODS5“). Entendiendo que el empoderamiento es una estrategia esencial para alcanzar la igualdad, la equidad y la justicia social en el mundo, no es posible alcanzarlo sin un compromiso decidido por parte de los poderes públicos para garantizar que las mujeres y su participación tengan un impacto real en las decisiones políticas. Dicho de otro modo, es imprescindible que se faciliten vías de participación y se promocione el liderazgo de las asociaciones de mujeres y sus representantes para que influyan en la vida pública de un determinado territorio.

Convencidas de esta afirmación, cuando recibimos la propuesta por parte del Área de Igualdad de la Diputación de Cádiz para realizar un diagnóstico sobre las asociaciones de mujeres de la provincia, desde el Servicio de Consultoría de Cadigenia afrontamos este proyecto con gran entusiasmo e ilusión.  

En primer lugar, porque materializa el interés de la administración provincial por conocer esta importante parte de nuestro tejido social y valorar su innegable papel como protagonista para la transformación y avance hacia la justicia social.

Y en segundo lugar porque, tras una pandemia que ha paralizado casi toda la actividad asociativa, es necesario valorar el estado en que se encuentra la participación social de las mujeres, principales afectadas en un contexto de crisis socio sanitaria y de cuidados como el precedido. Tomar una fotografía de las asociaciones de mujeres y analizar cómo se encuentran, comprender su funcionamiento, hacia dónde se dirigen y cuáles son sus demandas, es la única manera de poder atender a sus necesidades y disponer de recursos y servicios que se adapten a las circunstancias actuales.

CONECTADAS Y EN ACCIÓN es el fruto que conjuntamente hemos estado cocinando durante algo más de cinco meses. Y decir conjuntamente no es una mera trivialidad, ya que este estudio no habría sido posible sin la colaboración activa de las asociaciones de mujeres, que nos han abierto sus puertas, compartido sus experiencias e incluso cedido sus espacios. Durante este período se han consultado a más de cien asociaciones y federaciones de mujeres de Cádiz, que a través de cuestionarios telefónicos y grupos de discusión han participado en el estudio. A todas ellas les debemos una gratitud inmensa.

Los resultados del diagnóstico nos demuestran que el tejido asociativo de mujeres en la provincia configura un movimiento diverso y plural, que históricamente ha ocupado –y ocupa– espacios de reivindicaciones feministas y en materia de igualdad social. Por lo general, se trata de entidades de pequeño tamaño, según el número de mujeres que se encuentran asociadas a cada una de ellas, lo cual condiciona una menor capacidad financiera, de recursos y de movilización. Así mismo, se encuentran marcadas por la territorialidad: mientras que el mayor volumen de asociaciones se ubican en las comarcas de la Campiña de Jerez y Bahía de Cádiz, en las zonas más rurales se detectan dificultades materiales e infraestructurales que condicionan el desarrollo de un movimiento asociativo cohesionado.

Como toda experta o experto en cocina sabrá, el secreto de toda buena receta es ser cocinada a fuego lento: la mayor parte de las asociaciones de mujeres de la provincia tienen más de veinte y treinta años de trayectoria y, aunque es cierto que se demanda un necesario relevo generacional, el movimiento asociativo sobrevive gracias al esfuerzo y dedicación de sus propias integrantes, la mayoría de las veces de manera invisible y sin reconocimiento social alguno.

Las desigualdades de género atraviesan todos los ámbitos de la vida y, como no podría ser de otro modo, condicionan la participación y el asociacionismo femenino. Para fortalecerlo y mantener su punto de efervescencia es necesario disponer de un compromiso feminista indiscutible, una promoción de los liderazgos no androcéntricos y un claro servicio por la ética de los cuidados, donde se genere un nuevo pacto social en materia de corresponsabilidad y conciliación entre la vida personal, familiar, laboral y por qué no, asociativa. Según la opinión de las propias participantes, algunos de los ingredientes básicos para que las asociaciones de mujeres gaditanas sigan CONECTADAS Y EN ACCIÓN son:

• Mantener y alimentar el empoderamiento real de las mujeres.
• Ayudar a crear alianzas y redes de trabajo, no solo entre las propias asociaciones, sino también entre entidades públicas y privadas.
• Fomentar el relevo generacional, el colaboracionismo y la sororidad.
• Facilitar cauces de comunicación y materializar el gobierno abierto.
• Acompañar las medidas con presupuestos suficientes y flexibilizar las exigencias burocráticas.
• Acercar la agenda feminista, desde la teoría a la práctica, a todos los grupos de mujeres y a toda la ciudadanía en general.

Si te ha picado el gusanillo y sigues teniendo hambre –de curiosidad– por conocer en profundidad los resultados de este estudio, puedes descargarte el informe completo desde la web de la Diputación de Cádiz.

Por nuestra parte seguimos con los fogones encendidos, preparadas para hacer que la igualdad de derechos y de oportunidades entre mujeres y hombres se encuentre un poquito más cerca cada día.